
En la celebración de los misterios de Cristo, la Iglesia venera con especial amor a la madre de Dios Hijo, la Virgen María, quien está unida a la obra salvífica de su Hijo; por lo que en ella la Iglesia admira y ensalza el fruto de la Redención, contemplándola gozosamente como la imagen más pura de toda la humanidad.
Dentro del Año Litúrgico la Iglesia recuerda a los mártires y santos que gracias a su perfección logran la gracia de Dios y alcanzaron la salvación eterna, cantando alabanzas a Dios en el cielo e interceden por cada uno de nosotros. La Iglesia celebra el tránsito de los santos de este mundo al cielo, se proclama el misterio pascual que se cumplió en cada uno de ellos, quienes sufrieron y fueron glorificados con Cristo, colocándolos como ejemplo a cada uno de los fieles cristianos, siendo atraídos por ellos hacia el Padre, para adquirir los beneficios divinos.
En diversos tiempos del año y de acuerdo a las instituciones tradicionales de la Iglesia, contempla la formación de los fieles en ejercicios de piedad espiritual y corporal, de la instrucción, de la plegaria, de las obras de penitencia y misericordia.
Por lo anterior, el Sacro Concilium Vaticano II, establece:
Renovación del Domingo. En la Iglesia se da la tradición apostólica, donde se tiene en cuenta la Resurrección de Cristo, por lo que se celebra el Misterio Pascual, en el DIA DEL SEÑOR o DOMINGO. En el DIA DEL SEÑOR o DOMINGO, las personas se reúnen para escuchar la Palabra de Dios, participando de manera directa en la Eucaristía para recordar la Pasión, la Resurrección y la Gloria de Jesús dando gracias a Dios.
Jesús con su Resurrección hizo renacer al hombre a la viva esperanza de la Resurrección de Jesucristo entre los muertos, es así que el DOMINGO es la fiesta primordial de los fieles, un día de alegría y de liberación del trabajo. Al DIA DEL SEÑOR o DOMINGO no se le pueden anteponer otras solemnidades, a no ser que sea de vital importancia, pues el DOMINGO es el día fundamental y núcleo de todo el Año Litúrgico.
Revisión del Año Litúrgico. El Año Litúrgico debe conservar y/o restablecer las costumbres e instituciones tradicionales de cada uno de los tiempos sagrados de acuerdo a las circunstancias del mundo de hoy. Ante todo se debe procurar y mantener la piedad de los fieles en cada una de las celebraciones de Redención Cristiana en el Misterio Pascual.
Orientación de los fieles. Se debe hacer una adecuada orientación de la vida espiritual de los fieles en la fiesta del Señor, al celebrar los misterios de salvación durante todo el año, por lo que el ciclo temporal tenga un lugar por encima de las fiestas de los santos, de modo que lo más importante es conmemorar el ciclo eterno del misterio salvífico.
Cuaresma. El TIEMPO DE CUARESMA prepara a los fieles para integrarse, oir la Palabra de Dios y a la Oración celebrando el Misterio Pascual.
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